Bunkai
El término “bunkai”
hace referencia o describe las eventuales aplicaciones de defensa personal
contenidas en determinados fragmentos de katas específicos. Diferenciamos aquí
dos tipos de situaciones probables. En primer lugar entendemos que una situación
de defensa personal puede comenzar desde la decisión mutua de enfrentarse y en
estos casos estamos hablando de kumite. En segundo lugar una situación de
defensa personal puede plantearse como reacción a una dada agresión súbita y
sorpresiva. En este segundo tipo de agresiones es dónde el término “bunkai”
tiene su rol.
El bunkai no es cualquier cosa. Se ven aplicaciones
disparatadas que plantean reacciones imposibles incluso a acciones de agresión
también irreales. He leído incluso que “las reales aplicaciones (bunkai) de los
katas se han perdido”. Muchos maestros van tapando sus ausencias con argumentos
y prácticas dudosas. La interacción con grandes maestros nos va guiando en el
tema y despertando.
El bunkai contiene innumerables elementos. Mencionaremos sólo
algunos de ellos: cambios de dirección o ritmo, variar la distancia, la
torsión, la secuencia, el uso del peso, el empujón, envolver tomar, quebrar,
tirar al rival, etc.
Si tomamos alguna explicación específica de un conjunto de
movimientos podemos detectar varias cosas. Por supuesto la acción específica
pero además una filosofía asociada. El término filosofía asociada hace
referencia a varios hechos. El okinawense es de baja estatura. Se defendía
desarmado de alguien más grande, más armado e incluso muchas veces acorazado
dentro de una armadura. A veces en la oscuridad. Otras veces en espacios
reducidos o abiertos. Determinados enfrentamientos tenían lugar contra un
número indeterminado de agresores. La contienda era siempre desigual. Un defensor
podía además tener una característica personal haciéndolo más propenso a la
aplicación de una determinada técnica. Ahora
juntemos todo esto y tendremos por resultado el surgimiento de técnicas de
defensa personal, contenidas en katas, muy agresivas, muy precisas que
surgieron con el fin de terminar lo antes posible una contienda que no se pudo
evitar.
Algunas de las técnicas de defensa personal, de origen real,
incluso perdieron su significado. Por ejemplo, un determinado kata contiene
técnicas que previenen de desenvainar una espada a un rival. Lo cual es una
situación difícil de pensar. O determinados movimientos prevén una pelea en la
oscuridad total, lo cual constituye también una situación muy infrecuente.
Hoy, en términos usuales, un maestro primero enseña un kata
en abstracto y después, dependiendo de su conocimiento, transmite el bunkai
asociado. Pero imagino y supongo el proceso original al revés. Imagino el
surgimiento de un kata como consecuencia de agrupar determinadas técnicas de
defensa personal que inicialmente se practicaban aisladas. El kata se
transformaba así en el libro que las contenía. Desgraciadamente muchos katas
sufrieron montones de modificaciones dudosas. “Adaptaron” a un estilo
determinado los movimientos y posiciones perdiendo y desdibujando el sentido
original. Por suerte, sin embargo, quedan muchos katas originales y tampoco
estamos tan lejos de los maestros de antaño.