Una forma posible en la
que se genera un kata
Hoy en día llegamos a un dojo de karate de cualquier estilo y nos encontramos con un vasto menú de entrenamiento. Parte central de este menú está conformada por una lista de katas, dependiendo del estilo, que el practicante va aprendiendo a medida que va evolucionando. La práctica de kata impresiona a expertos y legos en el karate. Ver un kata naturalmente enciende la curiosidad. Por supuesto la currícula de aprendizaje contiene muchos más elementos adicionales, pero el kata es fundamental. Los katas tienen un bunkai (aplicaciones de defensa personal) asociado y una parte física involucrada que el practicante también incorpora y desarrolla gradualmente con ayuda de su Sensei.
Pero surge la pregunta, ¿cómo
surgieron los katas? La práctica nos indica y nos enseña que un determinado
maestro es el principal responsable de la generación y/o transmisión de un
grupo de katas. Un determinado maestro generaba, a través de la práctica, un
conjunto de técnicas en respuesta a situaciones dadas. También generaba una
filosofía de combate. Nos detenemos aquí un instante. Muchas de esas
situaciones hoy podrían haber cambiado. Un dado kata tiene situaciones
incluidas que hoy tienen diferente vigencia. Retomando la idea general una
hipótesis razonable que el proceso de desarrollo y generación de un kata fue
inverso. El maestro, una vez acumulado un conjunto de experiencias, las
condensaba en una secuencia dando así nacimiento a un determinado kata. Otra
forma de pensar el tema es asociarlo a un contexto social. Pensar al kata como
una respuesta colectiva a una situación de defensa. Y se me ocurre una tercera
que es pensarlo como una respuesta a una situación específica. Por ejemplo,
Matsumura Sokon llegó a ser el instructor en jefe de las artes marciales y
guardaespaldas del Rey Shö Kö Okinawa. Matsumura tenía que resolver una
situación específica, diseñar un sistema de protección práctico para defender
al emperador.
Retomando el análisis. ¿Cuál era la razón para condensar en
un kata una serie de movimientos? Las razones podrían ser varias. En esas épocas primeras no existían libros con
grabados, ni fotografías, ni videos de ningún tipo. La única forma que tenía un
maestro de registrar y sentir que se iban a propagar sus conocimientos, en
forma cabal, era si lograba que un número de alumnos supiera un dado kata y sus
aplicaciones a la perfección. El kata así formulado se transformaba en una
pieza de conocimiento, práctica y estudio. El kata se transformaba así en un
sistema primero de registro y evolución. Pero nunca debemos olvidar que el kata
tiene un primer paso muy importante. En un seminario en Kansas, hace mucho,
Demura Sensei preguntó a muchos la razón primera para practicar repetidamente
un dado kata. Varios practicantes respondieron con diversas ideas. Demura
Sensei hizo una negación con su mano y dijo: “hay que practicar porque si no se
olvida”. Si no lo recordamos nunca podremos practicarlo al nivel de aprovechar
su tesoro. La enseñanza de Demura Sensei es tan simple como impresionante.
Esto posiblemente constituyó el surgimiento de los estilos
originales. No podemos hablar de fechas precisas pero podríamos pensar en el
año 1800. Un estilo original antiguo, en esta idea, representaría entonces la
forma de defenderse que proviene de un dado maestro, de una situación general o
particular. Representa la filosofía de combate específica donde entran una
multiplicidad de factores: características personales, reacciones a situaciones
específicas, factores culturales etc. Por supuesto la idea se fue completando y
evolucionando. Se incorporaron un montón de ingredientes que definieron al
karate como tan vasto que se nos genera la idea de que abarcamos sólo una parte.
Por supuesto la historia siguió y sabemos que a posteriori hubo muchas situaciones donde, adicionalmente, se
cruzaron conocimientos produciendo este hecho una retroalimentación que
enriqueció y enriquece aún más el Karate. Maestros que se visitaban e
intercambiaban conocimientos. Ya un estilo dejaba de estar ligado a un maestro
original sino que el intercambio era parte fundamental de la evolución. Destacable
en este contexto fue Mabuni Sensei. Su apodo era “enciclopedia”. Mabuni
aprendía todo lo que podía, desarrollaba ideas y creaba él mismo: SHUHARI. Era
frecuentemente visitado por múltiples maestros que buscaban su sabiduría. En
esa época importaba menos el estilo y más el karate.
Un kata no es inmutable ni rígido. Pero para introducir un
cambio en él debe de estar perfectamente justificado. Es labor de grandes
maestros. Tenemos que tener en cuenta que a medida que se progresa en su
estudio y práctica la necesidad de modificarlo disminuye porque se va
entendiendo su riqueza. La idea de nuevos katas se hace innecesaria. El
principiante entiende erróneamente al kata como una limitación, aún no ha
trascendido la etapa del SHU. El
practicante avanzado se va dando cuenta gradualmente de que es al revés. Cada
repetición de un kata es única. Cada repetición es progreso y comprensión. Combinar
bunkai específico y también ideas generales. La situación es presente. La
exigencia es personal. Podemos perder el tiempo o avanzar. Podemos estar en el
mismo lugar o progresar. Repetidamente se escucha la idea de práctica asociada
a evolución. Me permito agregar que debe practicarse con énfasis, con energía,
con conciencia del momento, con entusiasmo, con seriedad y con alegría.