Kata y defensa personal
La defensa personal en general presenta dos tipos de
situaciones posibles:
Situaciones sorpresivas donde en forma imprevista sufrimos
algún tipo de agresión. Esta última puede ser de varios tipos, nos pueden
tomar, empujar, golpear, etc. Son estas las situaciones las que el bunkai
asociado a un kata y su estudio quieren cubrir.
Situaciones donde el conflicto no puede evitarse y el
practicante se determina a combatir. Ambos contrincantes se disponen a pelear
consciente y conjuntamente. Este tipo de situaciones se corresponden con la
práctica del kumite (combate).
Daremos alguna idea de la situación 1). El kata es
indiscutiblemente una de las piedras basales del karate. Todo maestro de karate
respetado recomienda su práctica y él mismo la lleva adelante. Un principiante
con un mínimo de idea sabe que la práctica del kata es fundamental. Incluso
personas que practican otros artes marciales o formas de defensa personal
respetan la práctica del kata.
Pero vale la pena hacerse algunas preguntas:
¿Qué es un kata?
¿Cuál es el objetivo de repetir incansablemente una secuencia
de movimientos?
¿Qué resultados positivos puede producir?
Cuando se empieza a practicar surgen todas estas y muchas más
preguntas. Un kata tiene varias funciones pero queremos enfatizar como
fundamentales dos de ellas:
El estudio del Bunkai asociado: Un kata es el resultado final
de muchos años del trabajo y experimentación de un gran maestro. Contiene
técnicas de defensa personal aplicables en situaciones específicas y nociones
generales. Encierra la filosofía de defensa del maestro particular y de una
situación socio-cultural, de ahí que al estudiar grupos de kata diseñados por
un maestro o maestros relacionados deberían notarse denominadores comunes. Por
estas razones el practicante no debe ni soñar con modificarlo. El practicante
inexperto no tiene los conocimientos necesarios para modificar un kata. El
practicante avanzado conoce el valor de un kata dado y entiende que modificarlo
no tiene sentido. La práctica del bunkai asociado a un kata no es arbitraria.
Se escuchan personas que afirman que las aplicaciones de defensa personal deben
ser buscadas por el mismo alumno. Se escucha “practícalo muchas veces hasta que
se te ocurra que significa tal o cuál movimiento”. No funciona así. Se ven en
Internet aplicaciones disparatadas que no podrían funcionar adecuadamente en
una situación real. Un kata es el corolario de cientos de años de evolución e
interacción. La interacción con maestros, con pares y con alumnos es necesaria
para consolidar una visión cierta y para acortar los tiempos. La tarea del
instructor es fundamental. Es el libro donde las técnicas de defensa personal
están escritas. No olvidemos que proviene de una época donde prácticamente no
existían formas de registro. La única garantía que tenía un maestro de que su
técnica iba a perdurar inalterada era que algún buen estudiante aprendiera
perfectamente la secuencia de movimientos y su significado. Y que a posteriori
el conjunto de conocimiento constituido por el kata y su bunkai, nuevamente
inalterado, se traspasara a un nuevo practicante. La práctica sostenida tiene
como uno de sus objetivos fundamentales “internalizar” los movimientos
defensivos y de ataque, hasta que fluyen automáticamente.
Es una herramienta completa de entrenamiento pues provee
además preparación físico-mental. El cuerpo encuentra en la práctica correcta
del kata su posición. He escuchado y leído que la práctica del kata es
meditación en movimiento.
Resumiendo, el kata debe ser practicado respetando una
correcta mecánica corporal, en plena conciencia con una actitud mental
específica y conociendo su bunkai para
que su valor sea completo. Es interesante el análisis del significado del kanji
correspondiente a la palabra kata. Usualmente se lo traduce como “forma”. Pero
podemos pensar en forma interna y en forma externa. Un practicante que realiza
el kata en una forma específica hacia adentro y una acción de bunkai donde se
realiza una acción hacia afuera. Además nunca olvidemos que no es danza
artística, más allá del estado mental que alcance el practicante durante su
realización.
Como componente adicional a la preparación físico mental y de
técnicas específicas hay ideas generales encerradas en los katas. Conceptos
válidos asociados a como un maestro interpretaba que había que defenderse.
Mencionemos algunos ejemplos:
Por ejemplo el tan discutido hikite. El brazo que vuelve lo
hace tomando al rival. El karate es un sistema de defensa personal con este
ingrediente, ¿Cuál sería su función?
Algunos maestros practican el kata deslizando los pies, ¿por
qué?
Algunos estilos avanzan en forma circular. ¿Por qué?
¿Por qué en los katas Naha Te las patadas son a baja altura?
Escuché y leí varias veces la propuesta de que el kata cambia
de dirección dando la posibilidad de defenderse contra atacantes que proviene
de diferentes ángulos, ¿es así? No olvidemos que es ancestral en oriente el concepto de happo tenshin que no sólo significa “ocho direcciones”
Muchos katas repiten la misma secuencia de movimientos en
cadena. Escuchamos frecuentemente que cada técnica de karate debe ser
suficientemente destructiva para frenar un conflicto. Y es verdad. Pero nuestro
contrincante también está peleando. Es por eso que vemos cadenas de acciones.
Hamamoto Sensei me decía que no tenía que parar. Qué tenía que seguir hasta
estar seguro de que el rival había sido derrotado. Adicionalmente una misma
técnica puede ser aplicada como bloqueo o como ataque. Todo parece lo mismo
pero no lo es. Aquí encontramos otro ejemplo de la importancia de un maestro
que nos ayude y nos guíe.
Itosu Sensei creó los Pinan para educación escolar en
Okinawa. Para ello removió las técnicas peligrosas de los katas Kushanku
originales. Itosu Sensei, en forma genial, entendió el valor del karate y del
kata en sí como elemento de formación en
la juventud. Miyagi Sensei, otro genio
del karate, creó los katas Gekisai para completar o estructurar el Goju Ryu. De
esta forma el kata vivía, en mi opinión, un proceso en el cual se ampliaba y
renovaba su significado. Además de los valores tradicionales se entendía que su
práctica sostenida mejoraba la vida de los seres humanos.
“Los grandes maestros han realizado modificaciones de los
katas originales”.
A posteriori, a principios del siglo XX, empieza a darse un
proceso donde el karate empieza a ser introducido en Honshu, la isla más grande
y poblada del Japón. Para este proceso muchos cambios tuvieron lugar. Nuevamente
muchas técnicas fueron removidas por ser consideradas demasiado peligrosas o
agresivas. El karate okinawense trataba de ser aceptado por los japoneses.
Funakoshi realizó una exhibición delante del emperador. Se dio un proceso
complicado de estandarización, tal vez excesiva. Esto significa que en algún
momento de la historia algún maestro modificó sutilmente la realización de
alguna técnica con alguna intención. Esto conllevó a la pérdida de detalles y
las aplicaciones originales se desdibujaron o se perdieron. Sin embargo,
tenemos la suerte de que varios kata originales aún se conservan y de que
todavía hay varios maestros alumnos directos de maestros antiguos. Esto permite
discernir y estudiar que varias cosas pensadas como o aparentemente iguales son
distintas. Permite encontrar el verdadero sentido de una acción.
No hay katas mejores que otros, pero si con diferente
función. Por ejemplo algunos maestros Shuri Te consideran a Naihanchi como
Tanren kata o kata de formación básica. Análoga función de Tanren kata cumple
el kata Sanchin en el Goju Ryu. Hay katas que enseñan defensas en reacción a
conflictos a corta distancia y otros a conflictos a mayor distancia. Algunos
katas tienen defensas pensadas contra BO, como por ejemplo Passai Sho.
Los estilos originales no tenían la estructura actual y
proponer una forma de ordenamiento donde los katas adquirieron un orden fue
parte del proceso. Antes del siglo XX no existían jerarquías ni danes.
Naturalmente, si los katas representaban un ordenamiento, cada dan o nivel
empezó a ser asociado a la práctica de determinado grupo de kata. Se entendió,
no en forma absoluta, que un kata proponía un dado nivel de dificultad.
Siempre existe una dualidad entre lo
simple y lo complejo. Naturalmente diferentes practicantes tienen diferentes
preferencias. Nuestra preferencia es seguir la ruta natural que va desde lo
simple a lo complicado. Lo complicado a veces es necesario pero lo simple tiene
más posibilidades de funcionar.